30 octubre 2006

Mi curro II

(...continuación)

Hay más gente maja en el super: Maika la de frutería (una tía súper maja con la que salgo de fiesta a veces, la amo un cacho), Ramón el de pescadería, Jessi la cajera, etc. Después están aquellos a quienes llamo I don't give a shit , esto es, Paco el reponedor, Elena la otra carnicera, el chavalín medio tonto que va los fines de semana...gente de la que paso porque sencillamente no hay mucha relación con ellos. Y por último hay una persona que me da más asco aún que Marco o Soyaya: Emilia, una de las cajeras, que quiere ir de mala a los Alexis Carrington y sólo le sale el papel de maruja o Bette Davis fallida. Es la más fiel aliada de Soraya, una chivata sin escrúpulos, una lameculos rastrera sin más metas en la vida. Su trabajo consiste en vigilar a todo el personal por encima de sus gafas de chopo, para irle luego con el cuento a Comepollas cada vez que detecte alguna irregularidad. A esa hija de puta ya la tengo calada desde que una vez me armó una de las suyas para conseguir que me despidieran. Lo que le quema es que yo, apesar de no tener ningún cargo importante en la empresa, hago las veces de encargada cuando Soraya Comepollas no está, vamos, que soy algo así como la vice-encargada. Y a la vieja le jode. Eso y que Marco nunca se le haya insinuado para que se la chupara, cosa fácil de entender...(si no se me ha insinuado a mí, ¿cómo va a hacerlo con ella, una especie de María Escario decrépita?)

Realmente no se puede decir que me guste este trabajo, ya que siempre soñé con algo más glamouroso como ser oficinista, estilista, maquilladora, etc., qué sé yo. Pero como tomé la decisión de no estudiar tuve que conformarme con lo que me salió. Mi padre me lo recuerda todos los domingos frente a la paella de mamá. Que si no me canso de esta mierda de trabajo, que si mi amiga ya ha terminado la carrera y va a trabajar en el Banesto, que si vaya desperdicio de vida la mía...Hace tiempo que aprendí a desconectar y no oírle cuando se pone así de pesado, pero a veces me pregunto si no tiene razón, aunque me jode.

Muchas veces le estoy pasando la compra a alguna horrible maruja con rulos y cara de vinagre y me pregunto a mí misma qué pinto yo en ese lugar horrible, con luz artificial, con moscas, con gente fea y desagradable, y ese horrible olor a queso que te persigue estés en la sección en la que estés...Hasta que el último viernes del mes llega San Pagarín y se me olvidan los males. Pero eso no me quita de pensar que Supermarco sea una mierda pinchada en un palo. Uno de mis pasatiempos favoritos en el curro son las idas de olla. Se me va la olla, desconecto y empiezo a flipar en colores. Me imagino que de repente soy una modelo famosa aguantando estoicamente un pesado photoshoot. O una ejecutiva agresiva sometida a mucha presión. Y que el callo desdentado que está reponiendo cervezas mientras me intenta tirar los tejos es realmente el tío de la Coca Cola light, que me desea ardientemente pero sabe que lo nuestro es imposible porque yo estoy casada y además pertenecemos a estratos sociales diferentes, aunque eso no nos impide dar rienda suelta a nuestros instintos en los aseos del trabajo (y llegada a este punto paro de fantasear, pues la idea de tirarme a algo representado por Emilio no sólo me parece asquerosa sino directamente inmoral).

Pero tengo claro que no quedaré toda la vida allí, cobrando una mierda y respirando ese olor a queso rancio. Yo valgo mucho más y algún día podré mandarles a la mierda y decirles que he encontrado un trabajo a la altura de mi categoría. Pero mientras no llega ese momento me jodo como el resto de la gente. Un beso.

escrito por Susanita a las 17:29   2 comentarios
 13 octubre 2006

Noche de locura

Últimamente tengo esto desatendido, pero es que estoy algo depre. Será por culpa del otoño, qué sé yo. Ayer me sentía solita y llamé a Jorge y Pili para que vinieran a hacerme compañía por la noche. El Jorge se trajo unos botellines de una bebida británica muy buena, se llaman WKD y es muy parecido al Smirnoff Ice. Nos pasamos la noche bebiendo, charlando y viendo películas (Crash y una de Paco Martínez Soria que no sé de dónde coño salió pero que al final nos enganchó porque nos partíamos el ojete criticando el estampado kitsch de las paredes y las payasadas del venerable vejete en cuestión)

Cuando ya estábamos bien tibios comenzamos a sacar defectos a nuestros exs y en ese momento comenzó el festival de humor. Yo comencé arremetiendo contra el peinado de mi último ex, Fernando el Yogurín (algún día tocaré el tema...):

- ¡Es que os juro que si me lo cruzo por la calle le pego una patada en los huevos que le estiro los rizos!!!

- Uh, calla, calla - exclamó Jorge- No me lo imagino yo a ese con el pelo liso...

- Jajajaja, pues yo sí- soltó Pili, junto con medio litro de babas que fueron a parar encima de la alfombra...- ¡Quedaría clavadito al príncipe de Bekelar!

Me revolqué por el sofá de la risa y le di a Jorge sin querer en el abrebotellas en la cabeza.
- Os lo...os lo- la risa no me dejaba hablar- ¿os lo imagináis alisándose el pelo con la Solac?

- No, no, mejor aún- exclamó Jorge- Imagináoslo delante del espejo secador y cepillo en ristre...

Pili se convulsionaba de la risa y casi no podía respirar.

- ¡O metiéndose las puntitas hacia dentro!!!!!

La visión de mi ex con una melenita pulcra y cuidada era verdaderamente cómica y me encantaba machacar la memoria de quien tanto daño me había hecho. Luego pasamos a meternos con el Toro, un ex de Jorge que debía de pesar unos 100 kilos, un auténtico jato, o con el Friki, el último ligue de Pili, quien una vez había intentado follarse una aspiradora...Qué noche más buena habría sido de no ser porque Jorge se puso a potar a las 5 de la mañana y una servidora pisó la papilla sin querer con los pies descalzos...Qué asco.

escrito por Susanita a las 16:30   0 comentarios